La 'dinámica' de la élite

Foto: www.roscasares.com/basket

Ganar no es suficiente. Cumplir con las expectativas no siempre asegura la continuidad del entrenador. Esta mañana de miércoles Esteban Albert lo ha comprobado: ya no dirigirá al Ros Casares.

Con el equipo como colíder de la Liga -por mucho que escociera la derrota ante Hondarribia (80-48), camuflada por los problemas intestinales de algunas jugadoras- y con el mismo balance (5-3) en la Euroliga que el actual campeón, el Gambrinus Brno. En este contexto se marcha el técnico valenciano.

Y ambiguo. Muy ambiguo ha sido el discurso de Carme Lluveras, directora general del conjunto valenciano, para justificar la no continuidad de Esteban Albert. "Pensamos que la dinámica de la plantilla no era la idónea para afrontar el tramo más duro de la temporada y así cumplir los objetivos que se había marcado el Club", ha explicado.

¿Qué podemos entender por 'dinámica'? ¿Que no podía controlar a un grupo de estrellas? ¿Que no se llevaba bien con algunas jugadoras? ¿Que no sabía motivar a deportistas que han perdido rol este año? Supongo que Esteban Albert no ha logrado crear un buen ambiente en un club convulsionado en las últimas dos temporadas. En un equipo que no triunfa desde 2004, cuando con Mingo Díaz como técnico logró los tres títulos nacionales (Copa, Liga y Supercopa).

Cambios de entrenadores

Desde entonces, el Ros no ha sabido traducir sus grandes inversiones en éxitos deportivos. El sustituto del ex seleccionador español fue un entrenador efímero y peculiar: Olaf Lange, que hacía correr a las jugadoras en recorridos en forma de R, O y S. El técnico alemán sólo aguantó ocho jornadas de la Liga 2004-2005 (5-3) y dos de Euroliga (1-1). Su relevo fue Israel Sanchis, que recondujo la trayectoria del equipo, pero que no consiguió el viejo sueño europeo y fracasó en semifinales de Copa ante un Perfumerías Avenida liderado por Tamika Whitmore (23 puntos). Y, sobre todo, se frustró ante el UB Barça en casa, donde perdió la Liga en el quinto partido. Con cracks como Valdemoro, Kireta o Batkovic.

Más traumática fue la temporada siguiente, la 2005-2006. Sanchis sólo duró un mes y el club recurrió a otro viejo conocido, el propio Esteban Albert, que pocos días después logró su primera hazaña: ganar en Barcelona. La segunda fue llegar a la final de Copa tras vencer de nuevo al UB Barça en seimifinales. Un triple de Laura Camps le condenaría al subcampeonato. Avenida era el triunfador.

Colección de contratiempos

Más problemas: expedientes a Lara Mandic y Olga Podkovalnikova, fichajes fallidos -quizás el más representativo, el de la WNBA Elaine Powell, que no renovó en diciembre-, eliminación en octavos en la Euroliga ante el Dínamo de Moscú. Y, de nuevo, el UB Barça. Esta vez en cuartos de la Liga. Clara derrota en el Palau y humillación en Valencia.

La renovación tenía que ser total. Y esos días de playoff estaban atados (o casi) los fichajes de Érika De Souza (la MVP de la pasada temporada) y de Laia Palau. Las primeras piezas del nuevo Ros, que meses después sería bautizado por Carme Lluveras como "el mejor club de la LF de la historia".

En Jerez no estará Esteban Albert para dirigir al equipo de nombres de élite. ¿Quién será su relevo? Sinceramente, no me creo que un club como el Ros haya destituido a su técnico sin tener otro apalabrado. No cuela eso de que "estamos barajando varios nombres". Aunque quién sabe, quizás lo presenten dos días antes de su partido ante el Extrugasa en cuartos de Copa. Quizás se han contagiado de la eficaz gestión de la FEB con la sede.