Y el día llegó

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Quedan 7 segundos. Es la penúltima, quizás la última acción del partido. Elisa Aguilar controla la pelota y se la pasa a Allison Feaster, que comete la locura de lanzar un triple. La pelota rebota en el aro y Delisha Milton toca la justo para meterla. Palmeo de sueño. El Ros fuerza la prórroga en Turquía (72-72), con incertidumbre, porque los árbitros al principio invalidan la acción.

El conjunto valenciano, por primera vez en su historia, está a cinco minutos de clasificarse para la Final Four de la Euroliga. Para formar parte de la élite continental. Pero tiene que lograr el objetivo en un escenario, el Caferaga Sport Hall, intimidador: 1.500 gargantas vocean, corean y pronuncian sonidos indescifrables. La afición del Fenerbahce pretende desconcentrar al rival. No lo consigue: Aguilar anota un triple, Sutton-Brown no puede con Milton.

Triple de Ferragut

El Ros se va de seis, pero Cappie Pondexter, la héroe del conjunto turco en la segunda parte, y Nevriye Yilmaz reducen la distancia a dos. Pondexter cumple su rol, tirar y tirar, como Iziane Castro en la Copa. Y como aquélla, falla. Y como entonces alguien se aprovecha. Esta vez es una jugadora secundaria, una líder desde el banquillo. Marina Ferragut anota un triple que casi sentencia el partido. 77-82 a 26 segundos. Su abrazo de rabia con Aguilar así lo demuestra.

De poco sirve que Pondexter anote su primer tiro libre y falle el segundo. Ni que Ramazanoglu coja el rebote y acierte. El Fenerbahce no hace falta, y todo acaba (80-82). Palau, Dydek, De Souza y compañía lo celebran. El Ros está en la Final Four. El día llegó.

Llegó en el tercer partido de cuartos de final ante un rival bastante inferior. Tras anotar sólo dos canastas en juego en el tercer cuarto. Tras dejar que la pareja interior del conjunto turco (Sutton-Brown y Yilmaz) dominaran la zona en el primero. Sólo cuando las dos se cargaron de personales reaccionó el Ros, que llegó a perder por 11 (57-46, minuto 29).

Excelente Milton

Sin duda, una de las grandes culpables del éxito fue Delisha Milton (13 rebotes y 30 puntos, con un excelente 10 de 13 en tiros de dos). A diferencia de su breve paso por el UB Barça, la ala-pívot norteamericana sí que marca las diferencias. Y suple las carencias de sus compañeras, como las de Érika De Souza, a la que no he reconocido en los partidos en los que la he visto. En el Picadero siempre arengaba a las demás, independientemente del contexto. De si ganaban por mucho o perdían por poco.

De Souza era una inconformista que celebraba todos los aciertos de su equipo y los errores de su rival. Ante el Fenerbahce se mostró fría casi siempre y prácticamente ausente hasta el final.

Mucho deberá mejorar el Ros si quiere lograr su primera Euroliga. Un rival como el CSKA Samara en una hipotética final -jugará el 31 de marzo contra el Bourges- no le perdonaría sus errores del miércoles. Es otra plantilla millonaria que también domina con facilidad en su país y necesita reinar en Europa. En 2006 cayó en la final ante el Brno de una tal Delisha Milton. No puede permitirse más fracasos.

Haga lo que haga en la Final Four -y siempre y cuando que gane la Liga- el Ros habrá cumplido sus objetivos. Retos a base de poco riesgo, de jugadoras contrastadas y de un presupuesto muy superior al resto de equipos.

Y por qué no decirlo, de suerte. Porque en las semifinales de Copa le pitaron una discutible falta personal a Razza Mujanovic sobre Elena Tornikidou, a tres segundos del final. Y aún Iziane Castro pudo ganar el partido, si no hubiera tirado aquella piedra. El gran palmeo de Milton es otro ejemplo. Sea como sea, el día del Ros ha llegado. Que no lo desaproveche.