Un mate, dos mates, tres mates
Es otra jugada clásica más: triple fallado, rebote defensivo y asistencia de músculo y precisión. La jugadora, sola, controla el balón, da unas cuantas zancadas y... ¡machaca! Con apuros, sin suficiencia, pero machaca. Es Lisa Leslie (Gardena, California, 1972) la que abre sus brazos y cierra sus puños con incredulidad. Es el público, el suyo, el que la aplaude. En el Staples Center de Los Ángeles. El 30 de julio de 2002.
Hasta entonces nadie había conseguido hacer un mate en la WNBA. Nadie había saltado tanto para realizar una jugada, que, según cuentan, estrenó con éxito Georgeann Wells el 21 de diciembre de 1984. Con la Universidad Virginia West.
Nombres como Candace Parker o Sidney Spencer han logrado celebrar una acción que es el gran argumento de los detractores del baloncesto femenino. "No es espectacular: ni hay mates ni alley-oops", sentencian. Quieren ver a un Rudy Fernández o a un Venson Hamilton femeninos.
Autopromoción
No lo veo necesario. Como tampoco entiendo que algunas jugadoras de la LF se hayan mostrado partidarias de bajar las canastas. Para ganar espectacularidad. ¿Acaso creen que su juego no puede generar más interés del que tiene? Poca o nula autopromoción.
No es un problema de altura. Érika De Souza ha dicho más de una vez que no machaca porque la gente se lo pide. Y a la pívot del Ros sólo le entretiene hacerlo en la intimidad de los entrenamientos. No es descabellado pensar que su compañera Margot Dydek (2'15 metros) o que Razza Mujanovic (2'02) tengan excesivos problemas para lograrlo. Pero no lo hacen.
No sería más mediático
Que conste que a mí los mates me encantan. Que me gusta verlos y disfrutarlos. Pero no creo que ayudaran a crecer al baloncesto femenino. Con ellos no sería más mediático. No dejaría de ser un deporte muy secundario en la TV y en los diarios.
Teledeporte ya no da su partido semanal. Al menos, se ha apuntado al proyecto Popular TV -independientemente de si comulgamos con su idiosincracia, es una gran noticia-, y en cadenas como TV3 hacen mini resúmenes del UB Barça -el año pasado también del Cadí La Seu-. Tampoco crecerá si los partidos cambian de horario casi por capricho, si no se informa de cuándo se juega. Si no se tiene un mínimo de respeto e interés.
Hasta que nada cambie, los detractores seguirán en sus trece. Contanto las veces que una jugadora machaca. Un mate, dos mates, tres mates. Es su argumento. Su inmenso argumento.
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