¿Se considerarán raros entonces?

¿Por qué no te especializas en un deporte normal?, me preguntó un amigo hace unos días. El tono con el que lo dijo y sus gestos me hicieron reír. Acababa de comentarle que me encanta el baloncesto femenino, que pienso que es un deporte que necesita un empujoncito para hacerse un hueco majo en los medios de comunicación. Supongo que un gran paso para conseguirlo sería que la selección española ganase el Mundial de Brasil. Algo que es muy difícil que pase, pero no imposible. Lo digo con cierto escepticismo porque ni el fútbol sala ni el hockey patines ni el hockey hierba han crecido mediáticamente pese a recolipar éxitos.

Cada vez que digo que me gusta esta disciplina recibo la misma respuesta: "Pues sí que eres raro". La gran mayoría -por no decir todos, sería demasiado osado por mi parte- no han visto ni tres segundos de baloncesto femenino. Fabrican su opinión a partir de intuiciones, de prejuicios o de lo que les comentó alguien que se informó tan bien sobre este deporte como ellos.

Les invito que se pasen -por proximidad- por el Picadero, por el Palau Blaugrana 2. Verán que la gente vibra, que los niños y niñas -y no tanto- cuando se acaba el partido saltan a la pista para hacerse fotos con sus ídolos y tener unos papelitos con su firma. Esos pedacitos de inocencia sueñan con emularlas. ¿Son raros por seguir este deporte? No. ¿Son raros por interesarse por algo que no sea el fútbol? Tampoco. Simplemente se apasionan por algo que en el menú de los mass media escasea. Y no es porque se agote, sino porque pocas veces lo encargan.

¿Cómo puede crecer este deporte? Propongo que se haga una versión de la Liga Femenina del Supermanager, el mítico juego de la ACB en el que tienes que fichar a 11 jugadores (dos extranjeros como máximo) y acumulas puntos según su rendimiento cada jornada. Tres cambios por etapa y un bonus de 20% por victoria. Conozco a algunas personas que se han aficionado al baloncesto gracias y a partir de este entretenimiento. E incluso ven los partidos de las autonómicas o de La 2 para observar si el fichaje de Nacho Ordín o de Walter Herrmann les ha salido bien. Quizás así muchos de los que nos califican de "raros" a los que nos gusta este deporte se aficionarán a él. Y la pregunta es: ¿Se considerarán raros entonces?